Cuestión de la identidad en Irlanda: Una incesable lucha religiosa e ideológica
Grupo 120.
![]() |
Infografía sobre el conflicto de Irlanda |
Las
continuas rivalidades entre Irlanda e Irlanda del Norte a lo largo de
la historia han sido decisivas para la conformación actual del
territorio y de sus identidades culturales, convirtiéndose la
religión en su detonante.
La
llegada del cristianismo al territorio irlandés se remonta a la
época del gran Imperio romano, tras dedicarse a extender de manera
limitada su dominio por Gran Bretaña, terminando por retirar su
ejército al verse Roma amenazada por los visigodos en el siglo V
d.C. Su propagación por el mar de Irlanda se vio favorecida gracias
a la actividad comercial entre ambas islas, destacando por la
peculiaridad de sus ritos y tradiciones. Más tarde, en la época
medieval, Irlanda quedó bajo el dominio de los normandos (siglo
XII), tras haber conquistado un siglo antes Inglaterra.
El
siglo XVI, en pleno reinado de Enrique VIII, fue el punto de partida
del inacabable conflicto, marcado por la Reforma Protestante de
Lutero. Se asentó con éxito en Inglaterra para hacer que las
costumbres católicas diesen un giro radical, además de que se
rechazara la autoridad del Papa sobre la cristiandad. Este proyecto
también estaba ideado para Irlanda, pero fue desechado al carecer el
rey de reconocimiento en la región. Su sucesora, María I de
Inglaterra, intentó devolver la fe católica a Irlanda e Inglaterra
al reconocerse como cristiana devota. Al fallecer sin descendencia,
se proclamó a Jacobo VI de Escocia rey de Inglaterra e Irlanda,
unificando mediante una corona las tres islas.
Como
resultado, comenzó a brotar un sentimiento de disparidad que
fragmentó la unidad ideológica de sus habitantes en dos: los
partidarios de su anexión a Inglaterra y los que deseaban romper
cualquier lazo de amistad y desvincularse definitivamente. En un
intento de extinguir las revueltas, en el año 1609, los escoceses e
ingleses confiscaron una gran extensión de terreno al norte de
Irlanda. La mayor parte de ese territorio, sigue ligado a Inglaterra,
dando lugar a lo que se conoce hoy en día como Irlanda del Norte.
La
sucesión de monarcas protestantes y católicos ha sido siempre uno
de los principales motivos de desasosiego en Irlanda debido a la
convivencia de población protestante y católica en la zona. Se
observa esto especialmente en el período de después de las Guerras
Confederadas de Irlanda (1641-1653) y del liderazgo de la República
inglesa por parte de Oliver Cromwell. Tras ser la monarquía
reinstaurada en 1660 con Carlos II, su heredero Jacobo II, fue el
último rey católico que disfrutó ejerciendo su poder sobre las
tres islas. Pronto fue traicionado por su hija María y su yerno,
Guillermo de Orange, ambos protestantes, acabando derrocado en la
batalla de Boyne de 1690. Impusieron por la fuerza el protestantismo,
desencadenando una reacción violenta sobre los católicos de
Irlanda.
La
tensión se acrecentaba cada vez que coronaban a un nuevo monarca, el
cual determinaba la religión oficial y mandaba perseguir a la otra
minoría religiosa o se les imponía la conversión. Se llegó a un
punto sin retorno en el que empezaron a construir muros dentro de
ciudades como Belfast para que sus habitantes se sintieran seguros.
![]() |
'Peace wal'l en Belfast para separar protestantes y católicos. |
La
diferencia de ideología es otro aspecto muy importante para entender
la separación de Irlanda del Norte de Irlanda. Inglaterra e Irlanda
firmaron el Acta de Unión de 1881, formalizando la unión entre
ambas islas, además de Escocia, lo que estalló en más revueltas. A
través de esto, emergió el partido Liberal Unionista que anhelaba
una Irlanda íntegramente vinculada a Reino Unido. Como respuesta de
la oposición, se fundó en 1905 el Sinn Féin, un partido
republicano que reivindicaba una Irlanda plenamente independiente.
Se
celebraron las primeras elecciones generales de Reino Unido, tras la
aprobación del Acta de Reforma de 1918, la cual otorgaba derecho al
sufragio universal masculino y también a las primeras mujeres
pertenecientes al grupo social más privilegiado. El Sinn Féin
cosechó la mayoría de escaños en el Parlamento (73 de 105) gracias
al apoyo popular del sur católico de Irlanda, partidario de la
independencia del país. En cambio, Irlanda del Norte eligió
mayoritariamente al partido unionista y otra minoría a otros
partidos.
Desde
estos comicios, el país quedó muy seccionado, ya que las ideologías
dominantes estaban regidas por la religión. Los protestantes del
norte de Irlanda respaldaron al partido unionista para su anexión a
Inglaterra, mientras que los territorios católicos del sur
reclamaban una Irlanda completamente independiente. Toda la tensión
acumulada y reprimida desembocó en 1919 en la Guerra de
Independencia irlandesa en el que el Ejército Republicano Irlandés
(IRA) se enfrentó a las fuerzas de seguridad inglesas destinadas en
Irlanda. Acabó aprobándose el Acta para el Gobierno de Irlanda en
1920, una ley que dividía el país en dos zonas distintas, cada una
con su propio Parlamento. Así, se conformó Irlanda del Norte con
seis condados más los distritos de Belfast y Londonderry.
A
pesar de estos cambios legislativos, la República aun no era una
realidad, sino más bien un sentimiento que florecía entre la
nación. En 1948, la situación cambió cuando el presidente del
Ejecutivo irlandés John A. Costello reafirmó que Irlanda debía ser
una república. Un año después, Irlanda fue proclamada una
república independiente, con una nueva Constitución, siendo el
catolicismo la religión oficial. Sin embargo, Irlanda del Norte
decidió permanecer bajo el amparo de Inglaterra, al haberse
mantenido fiel al partido unionista y a la doctrina protestante.
En
1968, en el seno de Irlanda del Norte, proliferaron los disturbios
entre la población a raíz de una manifestación que combatía
contra la discriminación de la minoría católica y nacionalista. En
1970, se iniciaba el Domingo Sangriento marcado por los 14 homicidios
cometidos por el ejército británico. En 1972, el IRA Provisional,
una nueva rama engendrada del IRA, tuvo gran apoyo en sus campañas y
para manifestar su descontento colocaron bombas en el centro de
Belfast, sembrando el caos. Esto se conoce como Viernes Sangriento.
Desde finales de 1980, el Sinn Féin estuvo negociando con el
gobierno británico para frenar el conflicto armado entre
republicanos y unionistas. Tras un largo diálogo, ambos partidos
declararon un alto al fuego en 1994. Durante los siguientes años,
las acciones armadas mermaron considerablemente, pero no fueron
erradicadas porque siguió habiendo atentados como el causado por el
IRA Provisional en Manchester en 1996. Finalmente, El INLA (Ejército
Irlandés de Liberación Nacional) firmó en 1998 un alto al fuego
definitivo tras aprobarse el Acuerdo del Viernes Santo.
![]() |
Mural en Belfast. |
En
la actualidad, la llama del conflicto se ha ido poco a poco
debilitando en Irlanda del Norte. En memoria de ello, se han pintado
murales reivindicativos que exigían el cese de las armas y la
violencia en zonas como Belfast.
Bibliografía:
Comentarios
Publicar un comentario