Brecha Salarial de Género




 El pasado ocho de marzo fue el Día Internacional de la Mujer. En esta fecha se visibiliza tanto el papel de las mujeres en la sociedad como la discriminación a la cual siguen sujetas. El machismo vigente en el mercado laboral propicia que las mujeres cobren, generalmente, menos que los hombres. Gracias al auge del feminismo, se le está prestando cada vez más atención a este aspecto, e incluso se le ha dado un nombre: Brecha salarial de género o diferencia salarial de género. Una variedad de organismos internacionales ha intentado estudiar esta situación, a continuación se muestran algunas maneras de definir esta circunstancia discriminatoria:

  •  La OCDE la define como: la diferencia existente entre los salarios de los hombres y los de las mujeres expresada como un porcentaje del salario masculino”.
  •  Según la Comisión Europea “la diferencia media entre el salario de los hombres y de las mujeres por hora trabajada”.
  •  El INE nombra la definición que realiza Eurostat“la brecha de género no ajustada a las características individuales que pueden explicar parte de las diferencias salariales entre hombres y mujeres, es la diferencia entre el salario bruto por hora de los hombres y el de las mujeres, expresado como porcentaje del salario bruto por hora de los hombres”.

Los anteriores datos estadísticos han sido obtenidos a partir de la base de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE, 2018) y Eurostat (2015).  Estos, reflejan la brecha salarial de género teniendo en cuenta, en el primer caso, la diferencia salarial en euros por horas trabajadas anualmente y, en el segundo, la edad y el porcentaje de diferencia salarial. Todos estos datos se basan en el 2015, ya que son los más recientes que recoge Eurostat.

En 2015, la brecha salarial en la UE se situó en el 16,3%, entendiendo ésta como la diferencia entre la ganancia por hora de hombres y mujeres asalariados. El menor nivel corresponde a Italia (5,5%), Luxemburgo (5,5%) y Rumanía (5,8%). Por el contrario, alcanza las mayores cotas en Estonia (26,9%), República Checa (22%) y Alemania (22%). Como se puede observar, en España la media es menor que la de la Unión Europea (UE-28) en su conjunto (14’9% frente a un 16’3%). Sin embargo, dicha brecha sigue estando presente en España y no por ser menor se le debe restar importancia. (Eurostat, 2015).

Se puede comprobar que la brecha salarial es ascendente al acercarse al grupo de personas de mayor edad, y esto ocurre por diversos factores. Uno de los factores más importantes de la brecha salarial son los trabajos no remunerados, como por ejemplo el cuidado de los niños o personas mayores y las tareas de la casa, que suelen ser ejercidos por mujeres generalmente. Otro de los factores suele ser que los puestos ejercidos difieren, aunque sean parte del mismo campo, así sabiendo que los puestos de mayor responsabilidad suelen ser ocupados por hombres en la mayoría de los casos.

El aumento de la brecha que encontramos entre los 35-44 tiene varias razones, entre ellas la toma de días libres permitidos tomados por embarazos, lo que afecta en parte a recibir un sueldo menor, debido a que se ha trabajado un menor número de horas. Esto hace que el porcentaje general de ingresos salariales de ese rango de edad disminuya.
Claro está que las mujeres son las que deben tomar más días para seguir con el proceso del parto y recuperación, mientras que los hombres, al no pasar por eso regularmente no recurren a esos permisos. 

El aumento en la brecha entre los 45-65 concuerda más concretamente con el anteriormente cuidado de los mayores, las mujeres de esta edad tienden a pasar a ayudar a mantener a sus padres o familiares cercanos, haciendo así que sus ingresos sean menores.

Finalmente, los mayores de 65 se enlazan con el cuidado de los niños, puesto a que ayudan a sus hijos con el cuidado de los nietos. También cabe decir que las mujeres, generalmente, al tener sueldos más bajos, en el futuro, al retirarse, también reciben una pensión inferior a la de los hombres.

 Existen numerosas teorías que intentan explicar la razón de esta brecha, aunque, realmente, todas estas radican, evidentemente, en un problema de género en la sociedad. La brecha de género es tan sólo un aspecto más que refleja la discriminación hacia la mujer. Pero como el machismo es difícil de combatir en general, son necesarias teorías que se refieran a problemas más pequeños que se puedan solucionar de manera individual. Aún así, la igualdad salarial es un aspecto cuanto menos complejo, ya que, aunque se quiera tratar como un problema individual, forma parte de un conjunto de problemas los cuales son difíciles de separar.

Un factor que tiene que influye enormemente en la brecha salarial es el trabajo a tiempo parcial. En España, en el año 2014, la ganancia por hora de un empleado a tiempo parcial, puestos de trabajo ocupados en un 74,1% por mujeres, fue un 29% inferior a la de uno a jornada completa. Por tanto, algunos expertos afirman que para averiguar la brecha salarial sería más justo incluir sólo a personas que trabajan a tiempo completo, y, efectivamente, se observa así una brecha salarial más pequeña.

Pero, realmente, que las mujeres tengan tendencia a trabajar a jornada parcial… ¿No es un hecho a analizar, ya que está influenciado también por la desigualdad de género? En definitiva, a causa de debates así, queda claro que es un tema complejo en el que influyen numerosos aspectos. Por otra parte, está el hecho de que los hombres suelen trabajar en empleos mejor remunerados. Según estadísticas oficiales, hay más hombres en altos cargos gerenciales y más mujeres en sectores con menor remuneración. 

En colectivos feministas se le denomina a este problema la feminización de los trabajos precarios. Es decir, normalmente trabajos relacionados con la administración, la educación, la limpieza… Son realizados por mujeres. Esta también es consecuencia directa de la cultura, es decir, lo que se considera apropiado para un hombre o para una mujer. Para suavizar esta brecha se ha propuesto aprobar leyes para proteger a trabajadores domésticos, aunque estos no dejen de ser empleos con baja remuneración.

Otra razón que contribuye a la brecha salarial es la cuestión de la edad. En España, entre las mujeres mayores de 65 años alcanza casi un 50%, pero para las menores de 25 esta es de un 10%. Si de estas estadísticas sólo se tienen en cuenta trabajos a tiempo completo, la brecha es mínima. Es decir, parece ser que, a medida que va pasando el tiempo, la brecha se va eliminando.

Existen diferentes maneras de calcular la diferencia salarial. Por una parte, está la brecha salarial ajustada, y por otra, la no ajustada. El cálculo no ajustado no tiene en cuenta las diferencias personales, como el puesto de trabajo, la edad, la educación… Así, como hemos visto anteriormente, esta puede atribuirse al hecho de que las mujeres trabajan a media jornada más frecuentemente, o a que trabajen en sectores con menos remuneración.

El resto de las diferencias en el salario que, teóricamente, se deben a decisiones individuales, son la brecha salarial ajustada, y se interpretan como discriminatorias. Así, en el caso de la brecha salarial no ajustada, podría considerarse que, al no calcular de ‘igual a igual’, esta manera de analizar la brecha salarial es errónea, pero, en realidad, esta puede sacar otros temas a la luz. Por ejemplo, el hecho de que las mujeres trabajan a media jornada más frecuentemente podría deberse un reparto desigual de las tareas domésticas: "La fuerte segmentación en la realización de las tareas del hogar tiene un efecto significativo sobre las tasas de fertilidad y otras brechas laborales", afirma un estudio de los economistas José Ignacio Conde-Ruiz e Ignacio Marra para la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), además, según este análisis, las mujeres realizan casi el 70% de las tareas del hogar. 

Es obvio que, con esta desigualdad en las tareas del hogar, la mujer se ajusta al mercado laboral con más dificultad, tanto en los puestos de trabajo a los que opta, como en la duración de la jornada. Este hecho tiene su reflejo en los sueldos. Aparte, el hecho de que las mujeres trabajen en sectores con menor salario medio es una prueba más de la existencia del llamado techo de cristal

En las empresas privadas más importantes de España las mujeres sólo ocupaban en 2015 el 10% de las posiciones de liderazgo y el 17% de los asientos de los Consejos de Administración. Además, hay un mayor porcentaje de mujeres sobrecualificadas para el puesto que desempeñan. Así, para solventar la brecha salarial y la desigualdad laboral una solución que se propone es la extensión de los servicios públicos de cuidado y educación infantil, a causa de la gran implicación de la mujer en las tareas domésticas. También se propone aumentar la implicación de los padres, es decir, por ejemplo, con un permiso de paternidad intransferible y flexibilizar las jornadas y el lugar de trabajo: en España solo el 20% de las empresas (según estadísticas de OCDE) ofrecen a sus empleados flexibilizar su empleo.

Alicia Sánchez, Araceli Encinas y Julia de Benito
Grupo 120
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